3 mejores libros de Paul Auster

El particular genio creativo de Paul Auster, capaz de deslizarse en todas sus propuestas literarias, se extiende de manera singular por toda su obra. Hasta tal punto es así, que no resulta fácil determinar ese podium de obras a recomendar de este escritor, galardonado entre otros, con el Premio Príncipe de Asturias 2006.

Pero muchas veces, a la vez que se asume ese brillo especial de todas y cada una de las obras de un autor, acabas sintonizando de mayor manera con las que son capaces de ganarte en lo subjetivo, en esa parcela donde la ficción planteada y tu propia realidad reflejan parecidas ondas.

Eso o simplemente te dejas llevar por la fascinación. Porque pocos autores capaces de moverse por ese paradójico lirismo compuesto en prosa made in Auster. Una suerte de equilibrio narrativo entre la sofisticación y la sencillez, del que Auster es maestro.

Con ramalazos incluso cinematográficos que por momentos evocan a Woody Allen, por aquello del punto surrealista y del escenario de un Nueva York alienante o extasiante a necesidad creativa, Auster descubre en sus personajes ese pedazo de alma que nos pertenece a todos y cada uno de sus lectores.

Top 3 novelas recomendadas de Paul Auster

El país de las últimas cosas

Anna Blume cuenta en una carta a su novio, enviada desde una ciudad sin nombre, lo que sucede en El país de las últimas cosas. Anna está allí para buscar a su hermano William, y describe una tierra en la que la búsqueda de la muerte ha reemplazado a los avatares y negocios de la vida: las clínicas de eutanasia y los clubes para el asesinato florecen, mientras que los atletas y corredores no se detienen hasta caer literalmente muertos de cansancio, y los saltadores se arrojan de los tejados.

Pero Anna intentará sobrevivir en ese país devastado, donde todo lo que existe es posiblemente el último ejemplar de su especie… Probablemente este sea uno de los títulos más sugerentes del autor, y su desarrollo acompaña esa autenticidad de la obra. La distopía se abre en cuanto nos ponemos a descubrir la historia. Una particular ciencia ficción deslizada entre un ambiente futurista nos dispone ante los grandes pensamientos existencialistas que conducen del fatalismo a cierto brillo de la anécdota que es nuestra vida.

La noche del oráculo

Sidney Orr es escritor, y está recuperándose de una enfermedad a la que nadie esperaba que sobreviviera. Y cada mañana, cuando su esposa Grace se marcha a trabajar, él todavía débil y desconcertado, camina por la ciudad.

Un día compra en El Palacio de Papel, la librería del misterioso señor Chang, un cuaderno de color azul que le seduce, y descubre que puede volver a escribir. Su amigo John Trause, también escritor, también enfermo, también poseedor de otro de los exóticos cuadernos azules portugueses, le ha hablado de Flitcraft, un personaje que como Sydney, sobrevivió a un íntimo roce con la muerte.

La casualidad, el azar como componente que termina por compactar los destinos, los de todos nosotros. La magia de lo cotidiano observado con la perspectiva adecuada. Un ejercicio de hipnosis que nos convierte en terapeutas de unos personajes rebosantes de humanidad.

Un hombre en la oscuridad

August Brill ha sufrido un accidente de coche, y se está recuperando en casa de su hija, en Vermont. No puede dormir, e inventa historias en la oscuridad. En una de ellas, Owen Brick, un joven mago que ha adoptado el nombre artístico de «El Gran Zavello», despierta en el fondo de un foso de paredes muy lisas que no puede escalar. No sabe dónde está ni cómo ha llegado hasta allí, pero oye el ruido de una batalla.

Hasta que aparece el sargento Serge, que le ayuda a salir del pozo para que Brick pueda cumplir su misión. América está inmersa en una oscura guerra civil. Los atentados del once de septiembre no han tenido lugar, y tampoco la guerra de Irak.

Brick no entiende nada. Pero se entera de que su misión es asesinar a un tal Blake, o Block, o Black, un hombre que no puede dormir, y que como un dios, inventa en la noche esa guerra que no acabará nunca si él no muere. Aunque no se llama Blake ni Block ni Black, sino August Brill, y es un crítico literario que ha sufrido un accidente, se está recuperando en la casa de su hija, en Vermont, y no tiene los infinitos poderes de Dios para inventar mundos infinitos, pero puede contarnos una feroz y veraz fábula de nuestros días.

Considerando lo particular de la extensa bibliografía de Paul Auster, el gusto por unas u otras de sus obras puede diferir notablemente de un lector u otro. En su narrativa profunda y en ocasiones disparatada; en sus arquitecturas mutables donde los escenarios van y vienen como tramoyismo inesperado; en todo ello reside esa posible selección bien distinta en cada lector. Pero vamos, yo ya me he decantado…

Otros libros recomendables de Paul Auster…

Un país bañado en sangre

Todos querríamos escribir la historia de nuestra vida. Pero solo Paul Auster puede acompañarla de precisas imágenes capaces de recuperar esos días relatados y finalmente representados en instantes. Auster tiene su propia historia bañada en sangre que precisamente se sumerge en las raíces de uno de los conflictos más enconados del Estados Unidos entregado a las armas como herramienta para defender su terruño y su familia…

Paul Auster, como la mayoría de los niños estadounidenses, creció jugando con pistolas de juguete e imitando a los vaqueros de las películas del Oeste. Pero también aprendió que las familias pueden quedar destrozadas como consecuencia de la violencia: su abuela disparó y mató a su abuelo cuando su padre tenía solo seis años, algo que afectó a la vida de toda la familia durante décadas.

Ningún tema divide más a los estadounidenses que el debate sobre las armas y, cada día, más de cien personas mueren a causa de ellas. Estas cifras se alejan tanto de lo que sucede en otros países que solo cabe preguntarse por qué. «¿Por qué es tan diferente Estados Unidos y qué nos convierte en el país más violento del mundo occidental?», escribe Auster.

La maestría narrativa de Paul Auster se une a las impactantes fotografías de Spencer Ostrander en un libro que mezcla biografía, anécdotas históricas y un análisis certero de los datos. Un país bañado en sangre abarca desde el origen de Estados Unidos, marcado por el conflicto armado contra la población nativa y la esclavitud de millones de personas, hasta los tiroteos masivos que dominan la actualidad informativa, en un círculo vicioso que se alimenta a sí mismo.

Un país bañado en sangre

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En este libro, el genial autor se prodiga en su inigualable estética plagada de metáforas de lo cotidiano, capaces de elevar lo rutinario para trasladarlo a los infiernos al instante siguiente. A mi entender es un autor distinto, tal vez no del todo convencional, pero si eres capaz de introducirte en su longitud de onda, disfrutas como un enano.

Lo de la narración generacional a través de sus personajes es algo ya visto en alguna de sus obras anteriore, aunque el planteamiento en esta ocasión dista bastante. En este caso, el recurso del coming of age que suele usarse para conducirnos en la evolución temporal de un personaje se fragmenta en diferentes planos, con todos esos posibles que las decisiones vitales pueden ofrecer. No me atrevo a decir que con ello ronde la fantasía, siendo Auster un escritor realista 100%. Pero sí, al menos, se mueve en un imaginativo mundo sobre la existencia, las alternativas, el destino y todo lo que termina por conformar nuestro presente u otro presente que consideramos pudimos haber rozado.

La historia parte desde Newark, Nueva Jersey, esa sombra de Manhattan cuyos 8 kilómetros de distancia parecen un abismo. De ahí es Archibald Isaac Ferguson, el protagonista de la novela, un afortunado protagonista que nace el 3 de marzo de 1947 y que dispone de 4 planos en los que ir desarrollando su vida. Las opciones se multiplican conforme Archibald va creciendo, y solo el amor por Amy Scheniderman se repite en todos los planos, aunque bajo diferentes condicionantes.

Sin embargo, ni el chico de los Ferguson 1, ni el 2 ni el 3 ni el 4 puede escapar de un mismo desenlace para su historia, y sobre eso el lector va siendo plenamente consciente conforme avanza la lectura.

Una historia ante la que quitarse el sombrero, por su magistral conducción y por esa especie de escenografía cambiante por donde va pasando un mismo personaje central, diferente a cada nuevo instante. Paul Auster es ese escritor capaz de presentarnos sus historias como un teatro por donde transcurre la vida de sus personajes, un escenario al que casi podemos subir para transmutarnos conforme leemos y leemos.

La vida interior de Martin Frost

La editorial Planeta lanzó, a través de su sello Booket, uno de esos libros para quienes quieren acercarse al mundo del escritor o para aquellos que sueñan poder dedicarse a escribir profesionalmente. Se trata de La vida interior de Martin Frost. Personalmente prefiero el libro de Stephen King, Mientras escribo, una obra entre lo didactico y lo autobiográfico.

Pero tampoco pretendo desmerecer esta novela de Paul Auster, simplemente son diferentes desde ese enfoque de acercamiento al mundo del contador de historias.  La vida interior de Martin Frost fue publicada en españa hacie diez años, un momento más que adecuado para que un escritor de solera escriba sobre el hecho de escribir, de vivir de escribir y de sobrevivir para contarlo.

Y cuando el escritor puede dedicarse a sentarse despreocupadamente a narrar sobre el mundo que le tocó vivir, resulta que lo que es más que preciso es adentrarse en la forma de pensar del escritor, en su forma de ver el mundo como una cascada de anomalías mundanas, de anécdotas, de incomprensión y de repentina lucidez, la de unas musas que se rien del pobrecito escritor desquiciado. Ser escritor no siempre es tan dulce como parece… Un libro llevado al cine, por si prefieres la versión del séptimo arte, dirigida por el propio Paul Auster:

Martin Frost se ha pasado los últimos años escribiendo una novela y necesita un descanso. Sus amigos Jack y Anne Restau se han ido de viaje y le han ofrecido su casa de campo. Pero en medio del silencio una idea empieza a darle vueltas en la cabeza y Martin se pone a es- cribir. No será un relato muy largo y se quedará en casa de sus amigos hasta que lo termine. Despierta al día siguiente con una chica medio desnuda en su cama que dice que se llama Claire, que es la sobrina de Anne, pide disculpas y finalmente es aceptada por Martin.

Pero el relato que está escribiendo y el deseo por Claire crecen al mismo tiempo. Y cuando la escritura del cuento llega a su fin, la misteriosa y carnal Claire –los Restau no tienen sobrinas– comienza a enfermar… La vida interior de Martin Frost tiene una complicada historia. Al principio fue un guión de treinta minutos.

El proyecto se encalló. Devino entonces una de las últimas películas de Hector Mann, el protagonista de El libro de las ilusiones. Y ahora es este guión de la película que Paul Auster ha escrito y dirigido. «Sus personajes son inquisidores incansables y cuando no recorren el mundo, se embarcan en una jornada interior. Pero siempre la odisea, inmensa o insignificante, está en el centro de su obra» (Garan Holcombe, California Literary Review).

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