Carlos I se coronó para administrar el Imperio que por aquel entonces marcaba el ritmo de un mundo en el que los navegantes europeos todavía soñaban con nuevos lugares para colonizar. Europa era el centro de poder y el resto de continentes se iban dibujando al capricho de los cartógrafos del viejo continente.
En ese mundo, el gran monarca hispano se enfrentó a todo tipo de contratiempos ya conocidos por medio del legado escrito de la Historia. Pero José Luis Corral, impecable conocedor de todos esos avatares históricos, humaniza de alguna forma la figura del rey.
Más allá de los títulos y formalidades, de las fechas, de los documentos oficiales y de las evocadoras citas, Carlos I de España y V de Alemania (como siempre se nos indicó en la escuela) también fue hijo de la indómita (más que loca) Juana y acabó casándose con su prima Isabel de Portugal. Digo todo esto porque la Historia también deja rastro de lo más personal, del sentir del rey, de su forma de actuar y de desenvolverse.
Conocer a Carlos I más allá de sus hitos estrictamente históricos debe ser una gustosa tarea para un historiador, y seguramente José Luis Corral habrá sabido plasmar esa «forma de ser» que se desliza entre todo tipo de testimonios de la época, para perfilar mejor si cabe los acontecimientos y circunstancias del reinado de 40 años en los que solventó conflictos o los condujo a la guerra.
En definitiva, Los Austrias. El tiempo en tus manos, es una novela convertida en un relato exhaustivo de los primeros años del emperador, de la mano de este gran profesor y conocedor de la Historia y de sus historias…
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