Cómo piensan las piedras, de Brenda Lozano

Como piensan las piedras
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Últimamente me he ido encontrando muy buenos libros de relatos. Ya sea casualidad o no, para mí ha supuesto un relanzamiento de este estilo narrativo. Libros actuales como La acústica de los Iglús, de Almudena Sánchez, o Música nocturna de John Connolly son claros exponentes de este despuntar, al menos en mi biblioteca, de la narrativa breve.

Pero además, en cuanto a la temática de este libro Cómo piensan las piedras, también se descubre un punto de sintonía temática. Parece como si el relato hubiera encontrado en lo existencial, en lo profundo, y en un ligero tamiz de fantasía un gran campo fértil por donde extender creaciones de todos estos autores.

Destacable es, sobre todo, la sintonía entre Brenda Lozano y la antes citada Almudena Sánchez. Ambas circundan el trascendental asunto del fatalismo como un destino dificilmente eludible para la persona, pero lo adornan con brillantes apuntes fantásticos u oníricos que parecen ofrecer la imaginación y la fantasía, la ficción en resumidas cuentas, como una ínsula en la que poder solazar el alma.

Cómo piensan las piedras, con su reclamo a un lirismo rudo, inerte, quizás a una metáfora cruel sobre el ser humano como una roca ofrece un prisma con el que empezar a leer escenarios reales sobre los que van apareciendo destellos de fantasía o de misterio, una fantasía y un misterio que entronca más con lo extraño del ser humano, con lo particular del pensamiento, de la imaginación, de la conciencia del ser y del existir.

Personajes con vidas cercanas y perspectivas singulares sobre el mundo en el que viven, como esos pensamientos divagantes que te asaltan de vez en cuando, una vez que te despojas de tu disfraz y vuelves a ser ese niño…

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