El rey recibe, de Eduardo Mendoza

El rey recibe, de Eduardo Mendoza
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Ayer ya es historia. De la misma forma que cualquier década del siglo XX, por próxima que sea, ya forma parte de una historia que aún sentimos como parte de nuestras vidas los que atravesamos parte de este siglo.

Y en ese espacio dual entre la memoria y los hechos históricos, Eduardo Mendoza nos ofrece una historia que aprovecha la alternancia entre lo objetivo y una subjetividad muy viva todavía en generaciones y generaciones de personas que atravesamos la gatera hasta el siglo XXI, dejándonos jirones de juventud en el paso.

Empezamos en 1968, quizás demasiado lejos para algunos de nosotros en cuanto a ese punto de subjetividad propia de la historia. Pero sin duda el aroma a dictadura española que retrasó el avance del país en variados aspectos, se extendió hasta bastante despué de la muerte del dictador…

Rufo Batalla es un joven que ambiciona ser un gran periodista y en su primera gran oportunidad decide poner toda la carne en el asador para ganarse esa categoría. La trama despierta pronto simpatías sobre este personaje, heredero de la picaresca colmado con la insuperable impronta de la ambiciosa juventud.

En esa suma de afortunadas casualidades que acompañan solo en ocasiones a quienes buscan la suerte, Rufo acaba estableciendo amistad con un príncipe que le encarga el relato de su vida.

Y así Rufo Batalla consigue escapar de la España reprimida de los años 60 y llega hasta algo tan antagónico como Nueva York.

Solo que, tampoco un lugar como Estados Unidos, libre de sospechas autoritarias en lo político, acaba siendo el idílico lugar que los represariados españoles podrían imaginar.

En suma, Eduardo Mendoza hace un interesante repaso de los problemas de aquí y de allá, en sociedades muy dispares pero que al fin y al cabo pertenecientes a un mismo tiempo convulso por diferentes circunstancias. La cuestión es que Eduardo Mendoza consigue hilvanarlo todo con humor, con esa brillante capacidad creativa que entremezcla realidad y toques de fantasía.

Una obra que nace con voluntad de continuidad en una trilogía que se llamará Las Tres Leyes del Movimiento y que augura un sabio y jugoso repaso de momentos fundamentales de nuestro pasado más reciente, esa segunda mitad del siglo XX cargada de magia, miedo y la necesaria subjetividad de un genio como Mendoza.

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1 comentario en «El rey recibe, de Eduardo Mendoza»

  1. Pésimo libro de mi admirado Eduardo Mendoza. Un bodrio escrito con desgana y con la pretensión de ajustar cuentas con su pasado juvenil izquierdista. Un converso

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