La sangre no miente, de Walter Kirn

La sangre no miente, de Walter Kirn
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Si hace poco hablaba del caso del estafador austríaco Filek, sobre cuya vida y obra a escrito un libro Ignacio Martínez de Pisón (destacando el capítulo en el engañó a Franco), me dispongo a presentarte ahora a la versión americana de este pillo europeo.

En el fondo puede que Clark Rockefeller, uno de los más grandes estafadores y a la postre también psicópata que ha dado Estados Unidos, eligiera de alguna forma al escritor en ciernes Walter Kirn, para que su singular relación acabara materializándose en este libro La sangre no miente.

Puede parecer una entera casualidad que Walter Kirn asumiera el encargo de una protectora de animales para llevar a un perro con su nuevo dueño, el potentado Clark Rockefeller. De hecho se trataba de recorrer casi todo Estados Unidos de oeste a este para entregar al perro a su nuevo dueño. Corría el año 1998 y el todavía joven Walter aceptó una aventura de tal calado.

En gran manera, Walter Kirn accedería a echar esa mano por el bien del animal, sin remotamente imaginar quien era realmente el figurado rico bajo cuya piel se escondía Christian Gerhartsreiter, un tipo anodino capaz de engañar a todos durante un tiempo (pero no a todos todo el tiempo, como diría Abraham Lincoln).

La cuestión es que el tiempo del engaño se prolongó durante más de una década. El supuesto Rockefeller se comportaba con tal excentricidad e impunidad que realmente los detalles menores como que no asumiera el pago de un triste café parecían detalles sin la menor trascendencia. Él era un tipo con avión privado que lo llevaba de aquí para allá, por todo el mundo para sus asuntos para sus negocios bursátiles o por el mero capricho tras una obra de arte a punto de ser subastada.

Y el asunto podría resultar cómico. El impostor capaz de engatusar a todo su entorno. La picaresca extendida aquí y allá a ambos lados del mundo.

Sí, podía haber sido hilarante. De no ser porque el veradero Rockefeller acabó siendo descubierto como un asesino con una víctima silenciosa a sus espaldas.

Cuando el fingido Clark Rockefeller intentó raptar a su propia hija allá por 2008, el autor reconoce su abducción pues incluso lo defendió.

En este libro puedes encontrar todos los matices de una historia singular que pone de manifiesto la capacidad perversa del ser humano perturbado hacia el ideal del éxito.

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La sangre no miente, de Walter Kirn
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