3 mejores libros de Jesús Sánchez Adalid

Si hay un autor singular en el panorama literario español actual, ese es Jesús Sánchez Adalid. Escritor por necesidad, juez durante un tiempo por profesión y finalmente sacerdote por vocación…Aunque complementariamente también tendríamos que citar sus colaboraciones en prensa de diverso tipo.

Sin duda se trata de un tipo inquieto donde los haya que finalmente ha encontrado su espacio entre la profesión de su religión católica y la devoción intelectual por la literatura.

Y la mezcla funciona (por lo menos en el aspecto literario que es el que conozco). Porque Jesús Sánchez escribe muy buenas novelas históricas que narran aventuras trepidantes y que, contrariamente a lo que podría pensarse en el caso de un sacerdote, se abren absolutamente a muy diferentes creencias, ideologías e imaginarios populares, así como a aspectos históricos de muy dispares épocas.

Desde que se empezara a divulgar la obra narrativa de Jesús Sánchez Adalid, allá por el año 2000, no ha habido año en el que no saliera una nueva novela histora apasionante con grandes dosis de misterio y una loable voluntad por la divulgación y el entretenimiento.

Top 3 novelas recomendadas de Jesús Sánchez Adalid

El alma de la ciudad

Una novela centrada en la Reconquista española escrita por un cura puede pensarse como una arenga católica, un ensalzamiento entre lo patriótico y lo religioso. Y sin embargo Jesús Sánchez Adalid acabó escribiendo una novela alejada de toda intención dogmática en lo católico o en cualquier otro aspecto.

Hechos narrados con la verosimilitud completa de la Historia escrita, con el brillante detalle de la anécdota que nos hace conocer el cambio de nombre de Ambrosía (demasiado asociado al placer mundano de la mitologia griega), por Plasencia, (con un significado má próximo a un lugar cómo para vivir).

Precisamente nos ubicamos en Plasencia, el ejercito a las órdenes del rey Alfonso VIII ha dado ya buena cuenta de estas tierras para la nueva causa cristiana.

Y es entonces cuando descubrimos al fascinante personaje de Blasco Jiménez, una especie de Adso de Melk (el mancebo ayudante del fraile en El nombre de la Rosa). Blasco me recuerda al joven del famoso libro en el sentido de que se siente a medio camino entre la religión de un convencido maestro y las pulsiones, inquietudes y curiosidades de su juventud.

Blasco Jiménez acaba acercándose a los placeres carnales, a lo esotérico incluso. Tiempo después el bueno de Blasco Jiménez llegará hasta la Escuela de Traductores de Toledo, y cuando regresa a Coria, disputado enclave de la reconquista, puede empezar a atar los cabos de su propio destino gracias a un sorprendente secreto que lo espera, como trazado de antemano por un escribiente que lo estuviera esperando…

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El mozárabe

Que duda cabe que la Historia de la España musulmana también es digna de consideración. De hecho, el establecimiento de una especie de Emirato independiente hispano, establecido en el 929 por Ab al-Rahman III dotó de una autonomía al nuevo territorio peninsular que acabó derivando, gracias a su estratégica ubicación geográfica y probablemente a una sabia dirección política, en un brillante periodo que convirtió a Córdoba en ciudad imperial con poder político y mercantil en ese centro neurálgico del mundo que era la Europa mediterránea.

En ese escenario conocemos a Abuamir, musulman y a Asbag, mozárabe. Ambos son dos jóvenes cuyas vidas se entrecruzan. Y también serán dos grandes hombres que, desde segunda fila se lanzarán a sus carreras de éxito en muy distintos aspectos.

Asbag el mozárabe erudito acabará llegando a ser un personaje influyente, viajado, docto y capaz de asesorar a grandes personajes históricos. Abuamir, el musulman, toma derroteros muy diferentes y consigue ser un gran estratega político y militar, hasta ser reconocido como el gran Almanzor…

El mozárabe

Alcazaba

A modo de un Ken Follett español, Jesús Sánchez Adalid traza una de esas tramas que se mueven de manera apasionada y paralelamente a la Historia real.

La Mérida del siglo IX es el lugar por donde nos iremos moviendo para descubrir el devenir de unos protagonistas magnéticos, completamente empáticos. Nada mejor que descubrir un mundo pretérito que la capacidad de un autor para meternos en la piel de los personajes que se mueven en la escena.

Y Jesus Sánchez Adalid lo consigue. Con el punto épico de una España convulsa y una Mérida como un latente polvorín de culturas cristianas, muladíes, judías, árabes o bereberes…, la inminnente narración bélica con su toque épico se desliza entre los muros de la Alcazaba, de la misma forma que esos fríos muros sirven como parapeto para las aventuras amorosas de un desatado Muhamad o las conspiraciones de Claudio el cristiano o de Abderramán II.

La alianza de civilizaciones como un matrimonio de conveniencia, hasta que las más mínimas desavenencias acaban por desatar el conflicto…

Alcazaba
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