Los 3 mejores libros del sugerente Amos Oz

Hay escritores que lo son por un gran componente de destino. Amos Oz era ese autor que por vivencias y decisiones vitales debía acabar poniendo negro sobre blanco todas esas impresiones, meditaciones y también contradicciones que acompañan al ser humano expuesto a la vida en su más cruda representación.

Para un judío errante (como el propio Amos Oz empezó siendo o como su coetáneo y compatriota Philip Roth también lo fué), finalmente de vuelta a su tierra prometida, abrirse a las controversias sobre qué parte de la tierra es realmente suya y sobre todo si merece la pena que una tierra prometida acabe siendo bañada por un incontenible río de sangre durante años y años, suponía per se un enfrentamiento con su cultura, sus ancestros y todo lo que suponía el canon del judaísmo como cultura forzada y expoliada de su propio país.

Pero ciertamente, ni en su narrativa de ficción ni en sus libros de ensayo, acabó Amos Oz por dejar muestra alguna de cesión al ideario general. Su voluntad por la paz, etiquetada en ocasiones como buenismo de salón, lo movió siempre en su activismo social y en su compromiso con las letras.

Top 3 libros recomendados de Amos Oz

La caja negra

Brillantísima metáfora como título de una de las mejores novelas epistolares de la historia. En torno al matrimonio roto de Ilana y su exmarido Alec vamos transitando por la realidad de un pueblo judío que siempre ha vivido con cierto espíritu apátrida entre su lucha milenaria.

En ocasiones unos se sintieron expulsados, pero otros se sintieron liberados por no estar atados a una tierra prometida cuya única promesa era ya el conflicto perpetuo. Pero mucho más allá del viejo dilema vivimos una emotiva evocación al fracaso, a los nudos inseparables cuando hay hijos de por medio.

Alec marchó a Estados Unidos despechado e Ilana se quedó en Israel junto a un hijo incapaz de asumir la ruptura. El amor y el odio son una frontera que se puede atravesar sin retorno alguno.

En la realidad de la vida actual de los tres personajes encontramos ese vacío insuperable, narrado desde la impactante primera persona de las cartas en las que se vierten las verdades desnudas.

Tierra de chacales

La vida puede ser una novela, sobre todo cuando esa existencia se extiende por un inquietante mundo de incertidumbres, amenazas y pasiones. A nivel práctico, el regreso de los judíos a la tierra prometida, se organizó en torno a los kibutz, por lo menos en sus estratos más voluminosos.

Colonos necesarios para conseguir esa integración primaria del espacio y el ser humano que lo ocupa. Y en torno a esa reconstrucción de una patria, a ese reencuentro de los judíos con el lugar donde habían vivido sus ancestros, Amos Oz nos ofrece unos relatos sobre vivencias, circunstancias y ese apego por la tierra perdida que consiguió mantenerlos unidos en espíritu a través de costumbres y religión.

Conflictos geopolíticos e identitarios aparte, la noción que nos presenta el autor es la de la llegada a un refugio espiritual después de MILENIOS de vagar por cualquier lugar del mundo y recibiendo desprecio y animadversión en la mayoría de los casos.

Tan solo por eso ya merece la pena leer, escuchar, considerar al fin y al cabo todo punto de vista, sobre todo en su vertiente más personal. Cuando por fin los judíos encuentran un lugar donde ya pueden sentirse ellos mismos tienen que plantearse cómo regresar a su dura tierra. Piensan en la comuna y en el trabajo para arraigarse de nuevo a su pequeño lugar en el mundo.

Sin duda una suma de circunstancias muy particulares que ofrecen una gran riqueza narrativa. Judíos errantes por fin organizados para poder regresar a la tierra que el imperio romano les obligó a abandonar. Pero pasado tanto tiempo el exilio ha calado demasiado en el alma.

Y esa es la impresión última que nos aporta este libro. Fundar un país de almas que han vagado por el mundo durante siglos supuso un vertiginoso cúmulo de sensaciones contradictorias.

Relatos ricos en matices y profundos en planteamientos vitales. Una necesaria catarsis literaria para poder empatizar con esas gentes, un aprendizaje sobre el más longevo de los pueblos nómadas, una lección sobre la unidad en la dispersión.

Entre amigos

Atomizar la historia por medio de relatos de los verdaderos protagonistas es un recurso muy habitual para un autor interesado en mostrar eso, el detalle, la intrahistoria como la verdadera Historia en última instancia.

En este libro encontramos ocho historias acerca de los primeros asentamientos en forma de Kibutzs. Los judíos aprendían a hacer suya la tierra de la manera más física, trabajándola para subsistir.

Nos encontramos en Yikhat, el macondo de Amos Oz, versión judía. Y es ahí donde se aprecia la voluntad por presentar el sueño común, el ideal del pueblo y su descenso a lo terrenal con las anécdotas que acaban construyendo finalmente el relato y que desencadenan las decisiones finales de todo ser humano.