Los 3 mejores libros de Andrea Camilleri

El maestro italiano Andrea Camilleri era uno de esos autores que llenó miles de páginas gracias al apoyo de sus lectores de todo el mundo. Empezó a despuntar en los años 90, un hecho que demuestra la perseverancia y la escritura vocacional como fundamento para su longevidad vital extendida al negro sobre blanco.

La virtuosidad, bien entrenada, parece que puede acompañarle a uno en todo momento. Su escenario clásico, en el que desarrollaba con maestría sus tramas negras, era la Sicilia profunda, ya sea en espacios reales o inventados, pero siempre con esa raigambre de la gran isla italiana.

Aunque hoy, ya en su ausencia, se van publicando sorprendentes obras que se diseminan hacia muchos otros escenarios y propuestas. Sin duda un caso singular del que se conoce tanta obra después de fallecido como antes.

Determinar esas tres obras geniales a mi entender, consideradas como novelas autónomas, más allá de  serie Montalbano (nombre escogido como homenaje a Vázquez Montalbán), resulta complicado entre tanto y bueno donde elegir, pero una vez más me animo con esas tres mejores novelas, en este caso para Don Andrea Camilleri, vamos allá.

3 novelas recomendadas de Andrea Camilleri

La temporada de caza

A través de un particular humor irónico e incluso caústico, descubrimos la idiosincrasia de los sicilianos, con las marcas propias de la ficción, y con un toque hiperbólico.

Una cómica visión del primitivo y disparatado universo rural siciliano.Vigáta, Sicilia. Carmelina –una cabra- fue la novia del hijo cretino del marqués Filippo, y también la afligida viuda porque el bobo apareció muerto un buen día tras un malogrado encuentro con una seta venenosa.

Los planes de herencia del marqués se vinieron, pues, abajo de sopetón. Había invertido mucho tiempo y ganas en hacer al primero y, aunque le salió idiota, era un varón y con eso bastaba. Su esposa podía dar fe de ello, los lúbricos y continuados embates del noble señor le dejaron huella en cuerpo y alma. Desde el día de tan terrible pérdida, la pobre mujer se trastornó, aunque nunca se supo si por la muerte del hijo o por la perspectiva de soportar estoicamente los nuevos y desmesurados ardores de Filippo.

Así las cosas, el marqués buscó a otra mujer que recibiera su semilla. Lo que sucedió a partir de entonces entre el noble y Trisína – esposa de uno de los guardias de la casa llamado Pirrotta- sólo lo supieron Dios, el complaciente Pirrotta y toda Vigáta. Poco después, empezó a morirse la gente: algunos, incluso, de muerte natural.

La temporada de caza

La muerte de Amalia Sacerdote

Con esta novela, Andrea se destapó como un gran autor del género negro. El reconocimiento del premio RBA de novela negra del año 2008 así lo señaló, aunque realmente muchos de sus libros anteriores ya destilaban al buen escritor.

Una novela muy asequible, de lectura rápida y corta (lo cual no sé si es bueno, porque apetece leer más) Amalia Sacerdote ha sido asesinada y van a dictar auto de procesamiento contra su novio. Michele Caruso, director de la RAI en Palermo, tiene acceso a esa noticia en exclusiva pero no quiere ser el primero en darla. Es demasiado arriesgado: tanto Amalia como su pareja son hijos de importantes políticos sicilianos, y las consecuencias de transmitir una información de ese calibre son imprevisibles.

Nadie se atreve a perturbar el orden establecido en Sicilia, donde el periodismo suele estar controlado y la justicia es una farsa. Así que, si alguien se niega a mirar hacia otro lado, quizá tenga que pagar un precio muy alto.

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La forma del agua

El comisario Montalbano nació aquí, como una novela independiente que, por la demanda del público, termino siendo una interminable suma de entregas para unos lectores ávidos de más y más Montalbano.

En una cálida noche siciliana, tras nadar un buen rato en las tranquilas aguas que se remansan a escasos metros de su casa a orillas del mar, Salvo Montalbano emerge de la oscuridad con las ideas más claras: la solución del caso le ronda las narices, así que sólo es cuestión de paciencia y método, para lo cual nada mejor que relajarse antes con algún manjar preparado por Adelina, su fiel asistenta.

Si a los asiduos lectores de Andrea Camilleri esta escena les resultará familiar, los lectores no iniciados merecen una breve introducción: Salvo Montalbano tiene cuarenta y cinco años, conserva una novia en Génova y es comisario de policía del pequeño pueblo de Vigàta, en Sicilia, que si bien no se encuentra en ningún mapa de este mundo es más real que la vida misma.

Fiel amigo de sus amigos, amante de la buena mesa y sabedor de que la tierra ha girado y girará muchas veces en torno al sol, Montalbano es el compendio vivo de las antiquísimas culturas mediterráneas. Su calidad humana, unida a su infalible perspicacia, han hecho de su creador, Andrea Camilleri, uno de los autores más leídos de Europa.

En esta ocasión, un conocido político y empresario aparece muerto semidesnudo en el interior de su coche en un arrabal donde reinan la prostitución y la droga. Todo apunta a que ha fallecido de un ataque al corazón después de haber mantenido relaciones íntimas con una persona desconocida.

Sin embargo, el comisario Montalbano no se fía, y armado con su natural olfato para los comportamientos extraños, se propone descubrir la trama sexual y política que se esconde tras el presunto crimen.

La forma del agua

Otras novelas recomendadas de Andrea Camilleri…

La masacre olvidada

Tras una exhaustiva documentación y partiendo de recuerdos transmitidos por su familia, el célebre autor siciliano revive, en una historia de humor amargo, las masacres de 1848 en Sicilia oscurecidas por las autoridades y olvidadas por los historiadores.

La primera masacre tuvo lugar en Porto Empedocle, donde el mayor Sarzana liberó de un solo golpe a 114 prisioneros, los asfixió y los quemó vivos en una celda común; el segundo tuvo lugar en Pantelleria, donde quince agricultores fueron ejecutados por acusaciones de mafiosos y terratenientes. Las autoridades, las borbónicas y las unitarias confundieron y ocultaron su suerte, y ningún historiador se ocupó jamás de ellas. Los asesinos y cómplices silenciosos hicieron sus carreras, primero bajo los Borbones y luego en la Italia unificada.

Un hilo de humo

Cuando un genio del noir se enfrenta a una narrativa más realista, el asunto avanza entre lo caricaturesco y lo dramático. Por supuesto con su irrenunciable dosis de humor negro para sobrellevar el mal trago. Porque asomarse a la cruda realidad duele. Narrador y lector se deshacen de la ficción criminal para descubrir que el crimen puede ser la vida misma.

Vigàta, 1890. Salvatore Barbabianca es uno de los principales productores de azufre gracias a las malas artes que ha empleado en su negocio, esto es: robando y estafando. Su mortal enemigo, Ciccio Lo Cascio, no le va a la zaga, y los dos se enfrentan en una pelea desquiciada por ver cómo atender el pedido de un barco ruso para cargarlo con el dichoso mineral. La espera del barco y su fatal llegada al puerto involucran al pueblo entero, que llegará a confundir la peor de las tragedias con un acto de intercesión divina.

Con Un hilo de humo, Camilleri vuelve a su particular visión del mundo, socarrona y teatral, desde un remoto rincón de la Italia recién unificada, donde lo mismo se preocupan por Garibaldi que por la producción de azufre en medio de unos enredos ingenuos, eróticos y mafiosos, que parecen construir la razón de ser de estos sicilianos vehementes.

Un hilo de humo

Ejercicios de memoria

Es curioso como en ausencia del autor de turno, lo que pudo haber sido una publicación disrruptiva, una extravagancia en vida, acaba siendo tras su muerte una rareza para mitómanos. Pero también todo un acercamiento a profanos que quizás nunca leyeron al escritor que no hace tanto abandonó la escena y que aquí sintetiza ese famoso ¿por qué? del escribir.

La cuestión es que como en el caso (recuperado por proximidad en sus fallecimientos) de Ruiz Zafón con su obra postuma «La ciudad de vapor», ahora sale este libro singular de Camilleri que es leído con ese punto de idolatría y la añoranza desde la que todo cobra nuevo significado.

Y así todo tiene cabida en un volumen que recopila relatos y vivencias, los últimos de todos ellos, en esa mezcla de realidad y ficción que en última instancia define al escritor entregado a la causa de engrandecer el oficio durante años y años…

A pesar de haberse quedado ciego a los noventa y un años, Andrea Camilleri no se dejó amedrentar por la oscuridad, igual que nunca tuvo miedo a la página en blanco. El autor siciliano escribió dictando hasta el final de sus días, y con la oralidad encontró una nueva forma de contar historias. Desde el principio de su ceguera, se aplicó al ejercicio de la memoria con la misma disciplina férrea con la que había trabajado toda su vida. Con persistente lucidez, se dedicó a hilvanar los recuerdos de una vida larga y prolífica, haciendo gala de una agudeza mental única y su particular visión del mundo.

Este libro nació como un ejercicio para practicar esta nueva forma de escritura, una especie de cuadernillo de vacaciones: veintitrés relatos concebidos en veintitrés días. En ellas, el autor rememora episodios clave de su vida, retrata a los artistas que tuvo en más estima y repasa la historia reciente de Italia, la que ha vivido en primera persona. Un juego literario donde se entrelazan sonidos, conversaciones e imágenes que nunca podrá sacarse de la cabeza.

«Me gustaría que este libro fuera como la pirueta de un acróbata que vuela de un trapecio a otro, tal vez haciendo un triple salto mortal, siempre con la sonrisa en los labios, sin exteriorizar la fatiga, el compromiso diario o la sensación constante de riesgo que ha hecho posible ese progreso. Si el trapecista mostrara el esfuerzo que le ha costado ejecutar esa cabriola, el espectador ciertamente no disfrutaría del espectáculo.»

Ejercicios de memoria

Km 123

En esta trama Camilleri nos invita a disfrutar de una historia con aroma a enredo amoroso, a amantes filtrados entre matrimonios para resquebrajar la convinvencia.

Por lo menos de inicio esa es la primera impresión. Porque una vez en coma Giulio, tras su accidente en el kilómetro 123 de lo que fuera la vía Aurelia que unía Roma con Pisa, su mujer debe hacerse cargo de todo lo que rodea a su marido. Incluído su teléfono móvil.

Y claro la llamada perdida de la tal Ester despierta, en la trágica situación del estado de Giulio, aún peores augurios para Giuditta, su mujer. Porque la mente es así. Una vez sumidos en lo trágico es ella, la mente quien nos descubre con crudeza la certidumbre inequívoca de la fatalidada de Murphy.

Lo que puede ir a peor, irá a peor. Premisa bajo la cual, además de las sospechas de una amante ara Guiditta, aparecen testimonios que apuntan al intento de asesinato de Giulio en ese momento de su accidente en el kilómetro 123.

Conforme el asunto se va oscureciendo más en torno a sabe Dios que asuntos entre pasiones ocultas o negocios inconfesables, necesitamos a alguien como Attilio Bongioanni, instintivo policía, sabueso colmado con la inteligencia del mejor investigador.

Decíamos que Camilleri parece incombustible en su vocación de escritor. Y más nos vale. Porque al final, conforme nos enfrascamos en extraer la verdad y lo que se puede derivar de ella, disfrutamos de ese análisis complementario de los grandes del género. Porque Camilleri se sigue debiendo a su mundo de escritores de policíaco negro de mediados del siglo XX. Y sus tramas siguen destilando crítica, filosofía de supervivencia, sagacidad para profundizar en los pozos del alma humana.

Así, el enredo del nudo de la novela parece por momentos cortarnos la respiración, como un thriller que atañe más a la naturaleza humana que al caso concreto del accidente de Giulio.

El final de la historia contiene ese extraño climax diferenciador de los grandes del género, un climax que no solo cierra el caso sino que además proyecta las esencias del mal cuando gobierna al ser humano.

La revolución de la luna

la figura de Eleonora (o Leonor de Moura y Aragón) en la ciudad de Palermo del siglo XVII, se erige como una personalidad decidida a desterrar los viejos vicios, las desastrosas costumbres y todo tipo de desmanes que su marido el virrey permitió que conformaran una ciudad sin ley.

Solo que todos aquellos que se beneficiaban del caos, aquellas mafias originales que se extenderían durantes siglos por todo el mundo, tuvieron en su figura de mujer un enemigo supuestamente fácil. Si ser mujer no era fácil entonces, pretender acaparar poder aunque fuera de manera interina se convertía en misión imposible.

Las viejas creencias de la mujer como herramienta del diablo traídas desde la religión cristiana por medio de la maldita Eva y su manzana, siempre podía servir para levantar al pueblo frente a una mujer.

Los hechos son los que son. Las mejoras en la ciudad de Palermo a todos los niveles son muy considerables. Pero, pese a que el poder es supuestamente de Eleonora, la mayoría de los que la rodean conspirarán en su contra. Demasiado clientelismo y deudas pendientes.

Faltará saber si los habitantes de Palermo creerán todas las acusaciones oscuras que recaen sobre Leonor o si realmente apreciarán la mejora de sus vidas desde que está ella.

Una novela sobre los oscuros tejemanejes de una ciudad Palermo que acabaría convirtiéndose en la cuna de la mafia siciliana años después. Los días de Eleonora pudieron haberlo cambiado todo. La lucha entre la inmoralidad y la ilegalidad y lo correcto, la capacidad para manipularlo todo tocando la fibra de un pueblo iletrado. Viejos sistemas para instaurar el miedo y la mentira que todavía perduran hasta hoy…, y no solo en Palermo.

La revolución de la luna, de Andrea Camilleri
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