Los 3 mejores libros del gran Goethe

Cuando se pretende señalar al mejor escritor de un país, lo mejor es recurrir al consenso del ámbito cultural de ese país. Y en el caso alemán la mayoría absoluta determina a Johann Wolfgang von Goethe como el mayor narrador que naciera y pisara aquella tierra.

Quién sabe si esa trascendencia social fue su intención última. Lo que sí está claro es que con sus obras buscaba la trascendencia existencial, la inmortalidad. Su Fausto, obra cumbre mundial, penetra entre brumas en el mundo de la sabiduría, del conocimiento, de la moral, de todo lo que incumbe al ser humano en su proceso evolutivo más completo y complejo.

Pero Goethe era un romántico, el más grande de todos, probablemente. Y eso suponía una intención espiritual incluso hacia lo esotérico. La intención de Goethe sería más que acabar siendo un autor erudito, conseguir la etiqueta de escritor que transita por el alma humana, hacia los cielos o los infiernos. No es tanto encontrar respuestas empíricas ni intenciones dogmáticas, sino recabar experiencias y percepciones subjetivas de una riqueza abrumadora.

Porque para conocer…, ya estaba la ciencia, en cuyas diversas ramificaciones también hizo incursiones este prodigioso autor. Desde lo estrictamente anatómico como la óptica y la osteología hasta la química o la geología. Sin duda Goethe cabalgaba como podía sus inquietudes, buscando siempre nuevos campos en los que averiguar y aprender. Como síntesis de su enorme capacidad, también se decantó Goethe por la política, cuando para ser político se buscaba a los más cultivados y dotados…

Goethe vivió hasta los 82 años. Y lo de la escritura romántica duró lo que duró. En sus últimos años de creador literario quedó poco de aquel romántico cautivador y emergió el autor mas clasicista, lo normal para un autor que cabalgó entre los siglos XVIII y XIX. En tantos años de vida, su testimonio resultó fundamental para la historia de Europa. Influencia de muchos otros autores y considerado, probablemente junto a Leonardo Da Vinci, el hombre más inteligente de la historia…

Top novelas de Johann Wolfgang von Goethe

Fausto

Fausto siempre fue la figura mitológica de la vanidad humana, de la voluntad y ambición sin límites. Lo paradójico de Fausto es que esta intención de abarcarlo todo es tan positivo como negativo.

Y de esta rica propuesta que es el mero personaje, Goethe supo crear una de las más grandes novelas, capaz de abarca todo ideario del ser humano, desde el más ambicioso hasta el más pusilánime.

Porque siempre hay un motivo para actuar y para comportarnos. Todos somos un poco Fausto, capaces de plantearnos vender nuestra alma al diablo a cambio de disfrutar de una vida plena. La plenitud es siempre una cuestión de satisfacer nuestras voluntades de conocimiento, y en eso nos vamos dejando la vida…

La contraprestación es la habitación de nuestro ser por el diablo…, pero eso ya será en otra vida, una vez que hayas salido de este mundo con los pies por delante y una sonrisa fría por haberlo conseguido todo, desde el saber máximo hasta el conocimiento de todo placer. Esa era la idea de Fausto, su motivo para vender su alma. Y, sin embargo, en Fausto encontramos la más honda frustración de existir.

Al fin y al cabo el diablo sabe lo que hay en cuanto a nuestras limitaciones por saberlo todo y abarcarlo todo. Goethe supo elevar este mito a la categoría de drama máximo de lo humano, a la altura de la Divina Comedia de Dante.

Fausto, de Goethe

Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister

Esta interesantísima novela queda soterrada por Fausto. Es más que probable que habiendo sido escrita por muchos escritores en la historia, habría pasado a encaramarse a su nivel de obra máxima, pero siendo el caso de Goethe, se queda en segundo lugar… Y eso que, como digo, esta novela tiene mucho de grandeza.

El escritor sabio conduce al personaje en una alegoría del aprendizaje en todo ámbito, desde lo más particular a lo más concerniente a la sabiduría, al empirismo, al conocimiento del medio. El bueno de Wihelm Meister dialoga con grandes sabios, reflexiona sobre lo aprendido.

Pero también el personaje conoce las manifestaciones artísticas y se introduce en lo natural para buscar la esencia de todo. Y pese a esa apariencia pedagógica hay mucho de intimismo, de descifrado de la persona que avanza en su camino, de aventura de vivir.

Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister

Las desventuras del joven Werther

En los tiempos de Goethe escribir novelas románticas era otra cosa. Faltaba mucho para que lo rosa aportara la trivialidad y lo estrictamente sensorial (que oye, bienvenido sea el género actual).

El amor como argumento en tiempos de Goethe era existencialismo en su máxima expresión. La construcción epistolar de este libro permite un acercamiento en primera persona a las pasiones y padecimientos del amor.

La grandeza moral del ser humano enamorado y la tragedia del derrumbamiento como aproximación a las peores pulsiones de odio, venganza o autodestrucción.

El amor puede ser un fértil campo a compartir o un desolado erial de sensaciones capaces de vencer a toda razón, a toda voluntad. Werther y Carlota, más el hermano de Werther, Guillermo.

Entre los tres se construye una historia de amor que invita a ver más allá de las cartas, a sentir el puño del remitente sobre las propias experiencias del lector.

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