Los 3 mejores libros del portentoso Lorenzo Silva

Uno de los escritores que más se prodiga últimamente en el escenario literario español es Lorenzo Silva. En los últimos años este autor está publicando libros de muy distinta índole, desde novelas de carácter histórico como Recordarán tu nombre hasta documentales como Sangre sudor y paz. Sin olvidar su regular entrega al género negro.

Más allá de su variedad creativa, no está de más recordar esos orígenes del autor, donde empezó a despuntar por su ingenio y frescura. Con Lorenzo Silva emergió un género negro con sello particular. La sustancia interior, Noviembre sin violetas y sobre todo La flaqueza del Bolchevique fueron obras que llamaron a las puertas de la narrativa nacional y por las que pasamos muchos lectores cautivados con sus propuestas.

Un género negro, casi siempre movido en un mundo gris de la mediocridad social y política, capaz de hacer del villano héroe. Un contexto donde aún se hace más intenso ese noir castizo con idiosincrasia muy próxima y fácilmente exportable con el marchamo de género autóctono. Algo así como lo que fue Camilleri o Vázquez Montalbán.

La bibliografía de Lorenzo Silva va siendo lo suficientemente extensa y diversa como para plantearse la tarea de decantarse por 3 de sus mejores novelas de manera dificultosa, pero allá voy.

Top 3 novelas recomendadas de Lorenzo Silva

La flaqueza del Bolchevique

A mi entender esta fue la novela que llamó la atención de los lectores. El malo, el tipo perverso, el asesino nacido de la casualidad. Un percance de tráfico conduce a un cualquiera al entero gobierno del mal.

Una forma de presentarnos ese mal mundano, capaz de emerger del hastío, la desesperación, el complejo de inferioridad o cualquier otra actitud que conduzca a la anulación de la voluntad de ser… El protagonista y narrador de esta historia se empotra contra el descapotable de una irritante ejecutiva un lunes a las ocho de la mañana.

Ciertamente, él se distrajo un poco, pero ella no tenía por qué frenar en seco ni, desde luego, escupirle todos los insultos del diccionario. Por ello, y para hacer soportables las tardes de aquel bochornoso verano, decide dedicarse «al acecho y aniquilación moral de Sonsoles».

Gracias al parte del seguro, consigue su teléfono, lo que le permite varias llamadas disparatadas. También se complace en espiarla, y así conoce a su hermana de 15 años. Aunque el protagonista no tiene ninguna fijación con las jovencitas, conserva un retrato de las hijas del zar Nicolás II. Le atrae especialmente la duquesa Olga y a menudo se pregunta qué debió de sentir el bolchevique encargado de matarla.

Él, a su vez, experimentará una poderosa atracción ante la cálida sabiduría de Rosana, y una debilidad que se revelará mucho peor que cualquier accidente. La flaqueza del bolchevique sería una novela absolutamente cómica si no fuera por el carácter inquietante que adquiere a medida que se complican las argucias del protagonista.

Un ritmo ágil permite a Lorenzo Silva una historia a caballo entre la comedia, la intriga y el melodrama. Pero acaso su mayor logro sea el retrato de Rosana, una nínfula distinta de todas las nínfulas, más allá de la generación X, Y o Z y que hace flaquear -y perder el equilibrio- al lector más displicente.

La flaqueza del bolchevique

La marca del meridiano

Premio Planeta 2012. Cuando voy hacia Cataluña, atravesando los Monegros aparece una de las fronteras que más me impresionan. Tan solo se trata de una convención científica. Pero aquello del meridiano de Greenwich que se anuncia en el cartel respectivo se me antoja a la puerta de Tannhauser se tratara.

En esta novela acaba siendo algo parecido, Barcelona como una ciudad transformada bajo el prisma de la ficción. En una sociedad envilecida por el dinero sucio y la prostitución de las personas, todavía el amor puede ablandar a las fieras.

Un guardia civil retirado aparece colgado de un puente, asesinado de manera humillante. A partir de ese momento, la investigación que ha de llevar a cabo su viejo amigo y discípulo, el brigada Bevilacqua, abrirá la caja de Pandora: corrupción policial, delincuentes sin escrúpulos y un hombre quijotesco que buscará en el deber y el amor imposible la redención de una vida fracturada.

Ambientada en la Cataluña actual, esta absorbente novela policíaca de Lorenzo Silva, maestro indiscutible del género, se adentra más allá de los hechos y presenta un sólido retrato del ser humano ante la duda moral, el combate interior y las decisiones equivocadas.

La marca del meridiano

Púa

Desde La Flaqueza del Bolchevique ya se podía adivinar en Lorenzo Silva al narrador de género negro más singular. Porque Silva disfruta con esa integración completa entre lector y personaje, ese disfrazado de pies a cabeza conseguida con una noción subjetiva que nos mimetiza de inmediato. Desde el primer diálogo o la primera presentación del mundo según el protagonista de turno. Conseguir hacernos vivir como seres aviesos o maquiavélicos tiene su aquel. Sus justificaciones tienen siempre sentido en manos de Silva, sus animadversiones tienen siempre sustento.

«Púa, soy yo. Me queda poco. Te necesito.»

Con este mensaje inesperado, el pasado vuelve para sacudir la vida de un antiguo agente secreto cuando ya no tiene el escudo de su organización. Participó en la guerra sucia del Estado, convencido de su causa: la defensa de una sociedad democrática y de las víctimas inocentes contra la violencia terrorista. Pero el tiempo ha pasado, no todo salió bien y la justificación es muy lejana, mientras que él ya no puede abandonar el lado oscuro. La críptica comunicación que acaba de recibir lo reclama de nuevo.

Postrado en el hospital, Mazo necesita que su antiguo camarada Púa le ayude en una misión muy personal que él ya no puede asumir. Su hija corre peligro y tiene que alejarla de la vida que lleva y de quienes la rodean, cueste lo que cueste. Sólo alguien como Púa es capaz de llegar hasta el final para lograrlo. La llamada de su amigo lo devuelve a los días en el filo, la memoria de sus actos y las sombras de su propia naturaleza.

Púa, de Lorenzo Silva

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El alquimista impaciente

Más de novela negra marca Silva y de su alter ego Bevilacqua. Un cadáver desnudo, sin rastros de violencia, aparece atado a una cama en un motel de carretera. ¿Se trata o no de un crimen? El sargento Bevilacqua, atípico investigador criminal de la Guardia Civil, y su ayudante, la guardia Chamorro, reciben la orden de resolver el enigma. La investigación que sigue no es una mera pesquisa policial.

El sargento y su ayudante deberán llegar al lado oscuro e inconfesable de la víctima, a su sorprendente vida secreta, así como a las personas que la rodeaban, en su familia, en la central nuclear donde trabajaba. Y desentrañar un cada vez más complejo entramado de dinero e intereses que los llevará a varias ciudades.

Pero la clave, como en la alquimia, está en la paciencia; la que necesitarán los investigadores y también la que les faltó, de uno u otro modo, a los personajes con los que se tropiezan en su búsqueda. Una novela de corte policíaco que es mucho más que un relato de intriga, y en la que descubrir a la víctima es casi más importante que descubrir a su asesino.

Como en los libros de Chandler y Hammett, no se trata de resolver un crimen como quien resuelve un acertijo, sino que hay que sumergirse en las circunstancias y personajes que rodean la muerte, en su trasfondo social.

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Nadie por delante

De cada suerte de relato que estructura esta obra de Lorenzo Silva se presenta un final difuso, como de obra más extensa que se pierde en una niebla al horizonte. Y es que las narraciones inspiradas en hechos reales se prolongan como ecos que invitan al lector a proyectar entramados más duraderos. Sabiduría de un autor que compone sus tramas rabiosas de vida.

Alicante, julio de 2002. Jorge, alias Ruina, está en un concierto de Estopa cuando recibe un aviso: los marroquíes han tomado el islote Perejil y a él, joven sargento, lo movilizan para preparar la operación destinada a recuperarlo. Junto a Jorge y sus tres compañeros, viviremos el asalto al islote, que nos descubre la existencia de la unidad de élite a la que pertenecen y que es sólo el preámbulo de veinte años de operaciones. Desde la batalla de Nayaf, en Irak en 2004, hasta la peligrosa y comprometida evacuación del aeropuerto de Kabul en 2021, en la que los protagonistas son los jóvenes a los que Jorge y sus compañeros dan el relevo y que ellos, ya maduros y al borde del retiro, tienen que conformarse con observar en la distancia.

Un conjunto de relatos de ficción inspirados en hechos reales, de alta intensidad, protagonizados por quienes se postulan para estar en ese incómodo lugar donde no queda nadie por delante.

Nadie por delante

Recordarán tu nombre

Como en toda guerra o evento trágico, siempre llega el momento en el que la ficción, la literatura en este caso, empieza a participar en ese proceso de asimilación de lo que no hace tanto supuso un drama para tanta gente. El compromiso de los autores con la verdad de lo ocurrido alcanza la parte más real, aquella que ha llegado hasta nuestros días a través de testimonios, bastante más fiables que los partes de guerra, la propaganda y las proclamaciones inmediatas de vencedores.

En «Recordarán tu nombre» todo parte de un acontecimiento singular, de esos que no trascienden pero que pueden cambiar el curso de una guerra y de la Historia. El 19 de julio de 1936, en Barcelona, la sublevación militar parecía que se convertiría en un paso glorioso hacia el derrocamiento de la República. No obstante, los militares puestos en armas no consiguieron hacerse con el poder en la capital condal.

La Historia pasa de refilón por aspectos que parecen accesorios pero que realmente fueron muy relevantes en la derrota de los rebeldes. El general Aranguren, al frente de la Guardia Civil, se opuso al levantamiento del ejército. Con la oposición de Aranguren, la llegada desde Mallorca del general del ejército, Goded, no se tradujo en ese golpe de efecto para el triunfo final en Cataluña.

Aranguren arrastró consigo a otros cuerpos del ejército que lo secundaron en defensa de la República y en pocos días las revueltas acabaron en una victoria republicana.

Aranguren personificó al más héroe entre los héroes, aquel que se presenta rebelde ante una cadena de mando. Un héroe es aquel que supera sus miedos por defender lo que cree. Aragunren creía en la República como el sistema de gobierno legalmente constituído.

Era de ley que alguien pusiera negro sobre blanco no sólo lo que ocurrió esos días, sino el aspecto más personal que el autor ha buscado del personaje en cuestión. La ficción supera a la realidad, en este caso por dar a conocer lo que la realidad ha cubierto de olvido.

Tal vez el título de la novela sea un gesto de admiración propia de Lorenzo Silva. Sería razonable, toda vez que inmerso en el conocimiento de su persona haya llegado a conocer sus más hondas motivaciones, sus convicciones para ir contracorriente en lo que se presagiaba una guerra perdida.

Recordarán tu nombre

Tantos lobos

El contrapeso de esta era de la conexión y las bondades tecnológicas es el descontrol y los nuevos cauces para potenciar lo peor del ser humano.

Las redes se convierten en un cauce incontrolable para la violencia y los abusos, más marcados en nuestros jovenes, quienes, desprovistos de filtros y expuestos a la desinformación y la desmesura acaban potenciando exponencialmente esas pequeñas maldades de siempre, transformadas en escarnio público. O, de otro modo, los presenta vulnerables a los ojos de todo tipo de depredadores que acechan como esos auténticos lobos que se anuncian en este título.

Porque este nuevo libro Tantos Lobos, de Lorenzo Silva, muestra una posible deriva que se presiente muy real. Resulta escalofríante plantearte una lectura de novela negra donde el escenario se adivine tan próximo. Quizás nunca antes una novela de este género supuso una especie de llamada de atención a lo que nos rodea.

El subteniente Bevilacqua se pone al frente de cuatro nuevos y escabrosos crímenes de víctimas demasiado jóvenes. Para poder empezar a indagar, Bevilacqua y su inseparable Chamorro deben aprender a navegar entre las redes con la agilidad de los jovenes que se mueven por ellas. Un aprendizaje necesario para acceder a ese lado sórdido de las redes donde se descubre como lo peor del alma humana adquiere tintes dantescos.

Más allá de los propios casos, de la trama que avanza al ritmo trepidante de la investigación, descubrimos una narrativa comprometida de tintes sociales. Abusos, malostratos. Jovenes, niños y más aún niñas padecen o inflingen dolor. Todo empieza de manera verbal, pero el odio y la violencia, una vez liberada en cualquiera de sus formas, pide más y más…

Cuatro asesinatos, cuatro niñas… Veremos qué ocurrió realmente y descubramos qué de parecido puede haber con la realidad para tomar nuestras reservas.

Tantos lobos

Si esto es una mujer

El mismísimo Primo Levi estaría orgulloso del título de esta novela que evoca al inicio de su trilogía sobre Auschwitz. Porque, salvedades aparte sobre contextos, la crueldad de la exposición del ser humano en última instancia, a lo más avieso del propio ser humano, como ya escribiera en parecido sentido el filósofo Hobbes, justifica esa idea del ecce homo presentado frente a la masa para vergüenza del momento que toque de nuestra civilización.

Cierto es que abordamos una novela a cuatro manos entre Lorenzo Silva y Noemí Trujillo (Quién sabe si los próximos Per Wahlöö y Maj Sjöwall o los Lars Kepler, especialistas en novelas negras de autoría compartida), pero el trasfondo de una novela negra siempre ofrece una doble lectura, una crítica sobre aspectos aviesos de nuestra estructura social.

Se trata de un compromiso tácito de todo escritor que se sumerge en las sombras de cualquier época. Si finalmente hay crítica se consigue un valor añadido fundamental.

Y en esta ocasión el tándem Silva & Trujillo recuperan del olvido el caso de una prostituta asesinada en Madrid hace más de una década. Conociendo lo ocurrido con Edith Napoleón, la chica descuartizada en esa crónica negra de nuestro mundo, la historia arranca con ese nudo en la garganta y acaba con la pringosa sensación que nos deja pegados a la crudeza de nuestra cotidianeidad, bajo cuyas noches plácidas se pueden cometer los más aberrantes homicidios.

La investigación del caso exportado a la ficción lo lleva la inspectora Manuela Mauri. Probablemente no sea su mejor momento para hacerse cargo de un asunto tan truculento como la llamada Operación Vertedero (la autentica Edith apareció desmembrada en un vertedero de Madrid).

El entorno de Manuela en la jefatura de policía no es de lo más favorable. No son pocos los que le achacaban la culpa en el suicidio del inspector jefe Alonso. Poco tiene que ver que la decisión final de Alonso la llevara a cabo perseguido por sus propias sombras. La sentencia entre muchos de los policías recae sobre sus hombros.

Así, en un caso sin apenas pistas, donde el único avance es el descubrimiento de algún nuevo miembro de la víctima en el vertedero de Pinto, Manuela tiene que ir dando palos de ciego, asomándose de nuevo a los incidentes que la llevaron a su peor momento dentro del cuerpo.

Acompañando a Manuela nos adentramos en lo peor de nuestro ignominioso modo de vida, por esos entornos en los que «los malos» copan instancias de poder y castigan a todo aquel que pretenda desvelar la cruda verdad.

La única solución posible es enfrentarse a lo ominoso o hacer la vista gorda como tantos y tantos hacen contínuamente…

Si esto es una mujer

Lejos del corazón

Un escritor solamente puede escribir tantos buenos libros, en tan breve lapso de tiempo, mediante la posesión de unos diablos hechos musas. Solo así se puede entender la mecánica de más de un libro por año.

Así que su capacidad literaria bordea eso, la posesión espiritual en la que cada nuevo libro es un exorcismo literario de primera magnitud.

Porque ahora llega Lejos del corazón, una nueva entrega para el subteniente Bevilacqua después del pack contenido en Tantos lobos.

Y lo cierto es que en esta nueva entrega entre lo policíaco y lo negro, de nuevo encontramos un componente tecnológico sobre las redes, los millennials y su perspectiva de un mundo virtual tan real como la calle que pisan.

Cuando un chico de veintipocos años, avezado como ninguno a las nuevas tecnologías, desaparece en manos de unos raptores en pleno Campo de Gibraltar, el tema tecnológico adquiere una especial relevancia en cuanto a los motivos del secuestro. No obstante, la familia del joven paga su rescate sin conseguir que lo devuelvan.

Es entonces cuando entran en escena Bevilacqua y la sargento Chamorro. Nadie mejor que ellos para analizar pistas y recabar la información necesaria que dé con el paradero del incauto joven.

Pero hasta los mejores investigadores acaban desconcertados por la extrañeza del caso y las particulares circunstancias de la vida en el Estrecho.

La lógica conduciría al pensamiento de que el joven pudo estar metido en algún entorno de blanqueo de dinero, aportando su saber cibernético para traspasar el dinero entre fronteras como si de un truco entre servidores se tratara.

Pero nada termina de esclarecerse, ningún indicio apunta a un hilo claro del que tirar. El tiempo pasa y las dudas sobre la vida del chico van oscureciendo la investigación.

Lejos del corazón

Sangre, sudor y paz

Hubo un tiempo en el que vivir en un cuartel de la Guardia Civil ya conllevaba cierta inquietud, desasosiego o directamente terror. No hace tanto tiempo de ello. Desde mi perspectiva, el simple recuerdo de la transformación de un cuartel, con su ajardinado circundante, en un pabellón amurallado cobra ahora el significado de lo que suponía vivir en un cuartel durante muchos años.

Hablo de mi perspectiva porque me resulta curioso como lo veo ahora y como lo entendí en su momento. El cuartel de la Guardia Civil de mi pueblo era un lugar que frecuentaba por mi amistad con un hijo de Guardia Civil. Salíamos al soportal que había entre las casas y allí jugábamos con las vistas a la calle más allá de las jardineras. Y de repente, la oscuridad, un muro cerró toda la vista a la calle… De niño no das importancia a las cosas que hacen los mayores. Simplemente lo habían cerrado.

Vivir en esa tensión extendida con especial ferocidad sobre un cuerpo como este debió ser sumamente duro. La batalla, por más que revista de lo que quieras, era algo desigual. Los que tienen armas y las usan, y matan, no se someten a ningún dictado moral ni legal. Y ante eso la lucha siempre es desigual. La Guardia Civil luchó contra todo aquello, se levantó desde mil y un ataques y acabó siendo la piedra angular para poder acallar el terrorismo de ETA.

En este libro se nos cuenta cómo se llevó esa batalla por parte del cuerpo y como se sobrellevó por parte de las familias. Más de 200 muertos y muchísimos más heridos son el ignominioso bagaje hacia la paz, un precio sin compensación posible, pero con el orgullo de haber defendido la vida por encima de toda ideología que termina tomando las armas pretendiendo imponer su criterio.

Testimonios sobre lo ocurrido durante tantos y tantos años, dolor y crispación social como única conquista social de los enemigos del pueblo, de todo el pueblo, de cualquier pueblo. Porque aquellos que se armaron para buscar su justicia acabaron perdiendo toda justificación desde el mismo momento en el que empuñaron el primer arma.

Sangre sudor y paz

La vida es otra cosa

Nunca es demasiado pronto para iniciar el análisis del siglo XXI. Porque luego las cosas se van de madre, se escapan de las manos… como se quiera decir para hablar de posibles involuciones, pérdidas de libertades o derechos disfrazadas de buenismos conformados a necesidad de morales a imponer…

Este libro cierra un ciclo de observación literaria y periodística de Lorenzo Silva a la historia de lo que llevamos vivido del nuevo siglo. Después de Donde uno cae, en el que se reúne la mirada del escritor a la segunda década del siglo XXI, ahora presentamos el volumen sobre los dos últimos años que han marcado la tercera década (primavera del 2019 – otoño de 2021).

En estas piezas narrativas, Silva reflexiona sobre los refugiados por el hambre y la guerra, los populismos en Occidente, la crispación de la política española, la exhumación de Franco del Valle de los Caídos, sobre un tiempo marcado por la COVID-19 y, finalmente, nos habla de la desesperanza, el horror, el caos y de la responsabilidad mundial de un ataque anunciado: la toma de Kabul por parte de los talibanes.

Un retrato veraz y crudo de todo lo acontecido y cómo los hechos vividos nos han cambiado para siempre.

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