Descubre los 3 mejores libros de William Faulkner

La historia vital de los escritores hechos a sí mismos suele estar colmada de experiencias vitales intensas. Cuando una persona se decide a poner negro sobre blanco todo ese acopio de sensaciones, esa amalgama en torno a las contradicciones de vivir, puede llegar a ser un escritor que toca la fibra.

William Faulkner es ese tipo de escritor. Y hasta tal punto llegó a saber trasladar excelsamente su mundo interior que ganó el nobel de 1949 y, en sus últimos días e incluso tras su muerte pasó a habitar en el olimpo de los grandes narradores del siglo XX.

Constructor de novelas de dentro hacia afuera, desde el personaje hasta sus circunstancias. Monólogos interiores hacia la mimetización con el personaje y su mundo. Perfiles y personalidades de los personajes más vivos de la literatura mundial. Un deleite para lectores exigentes.

Y vamos a lo que toca, señalar sus mejores novelas…

Tres novelas recomendadas de Willian Faulkner

El ruido y la furia

Uno de los títulos más sugerentes de la literatura universal. O al menos así me sonó a mí cuando tuve el libro en mis manos. Pensé que el título, en su grandilocuencia, podía fagocitar la historia. Y aunque los derroteros son otros diferentes a los imaginados, se puede decir que no, la historia sigue estando a la altura del título.

Al comienzo del relato, de esta novela nos dispone con cierta lejanía sobre unos personajes para nada estereotípicos. Y sin embargo, al final, la comparación, en su supuesta hipérbole, resulta abrumadoramente real, extrañamente coincidente con el mundo interior de una familia cualquiera y con los dilemas personajes de toda persona.

Resumen: «La vida no es más que una sombra… Una historia narrada por un necio, llena de ruido y furia, que nada significa.» Macbeth, Shakespeare. El ruido y la furia es una obra maestra de la literatura. Relata la degeneración progresiva de la familia Compson, sus secretos y las relaciones de amor y odio que la sostienen y la destruyen.

Por primera vez, William Faulkner introduce el monólogo interior y revela los diferentes puntos de vista de sus personajes: Benjy, deficiente mental, castrado por sus propios parientes; Quentin, poseído por un amor incestuoso e incapaz de controlar los celos, y Jason, monstruo de maldad y sadismo.

El libro se cierra con un apéndice que descubrirá al lector los entresijos de esta saga familiar de Jefferson, Mississippi, conectándola con otros personajes de Yoknapatawpha, territorio creado por Faulkner como marco de muchas de sus novelas.

El ruido y la furia

¡Absalón, absalón!

Pocas segundas partes llegan a rozar la grandeza de sus primigenias. Sin ser claramente continuación de El ruido y la furia, esta novela parte de uno de los personajes de la citada anterior.

Resumen: Quentin Compson ­vástago del linaje cuya ruina se describe en «El ruido y la furia»­ recrea, con la ayuda de su compañero de habitación de Harvard, los obstinados esfuerzos de Thomas Stupen para regir una gran plantación y fundar una dinastía. La destrucción y el fracaso son la conclusión final de una historia de violencia, orgullo, incesto y crimen.

En una carta dirigida a Harrison Smith —el editor en 1929 de El ruido y la furia— fechada un jueves de agosto de 1934, es donde empezamos a tener las primeras noticias de esta novela: «… Tengo un título para ella que me gusta, dicho sea de paso, ¡Absalón, Absalón!: la historia de un hombre que quiso tener un hijo a fuerza de orgullo, que tuvo demasiados, y al que sus hijos destruyeron».

Este germen de su obra lo terminó Faulkner en Mississippi el 31 de enero de 1936. «Es una historia torturada y una tortura escribirla» le espetaría a su editor y amigo Ben Cerf. Faulkner siguió pensando la novela incluso después de haberla terminado. Escribió una ordenada cronología. La genealogía incluía a diecisiete personajes y volvería sobre ello para nuevamente añadir a mano más detalles.

Luego incorporó un mapa del condado de Yoknapatawpha y dibujó el Tallahatchie al norte y el Yoknapatawpha al sur, biseccionando verticalmente el condado con el ferrocarril de John Sartoris… Identificó cuidadosamente veintisiete lugares. Incluyó la extensión del condado y su población, y luego escribió: «William Faulkner, único dueño y propietario».

Catorce años más tarde, en 1950, la concesión del Premio Nobel de Literatura constató que Faulkner era, es y seguirá siendo uno de los Maestros de la Literatura Universal, modelo de generaciones de escritores y lectores en todo el mundo.

¡Absalón, Absalón!

Luz de agosto

Muchos lectores de Faulkner reseñan como gran virtud narrativa ese tempo insondable que hace avanzar la trama desde lo más hondo de cada personaje.

Recreaciones de momentos históricos como auténticos escenarios cotidianos que pueden ser visitables por el lector. Turismo lector a las almas de personajes que se abren al mundo, a lo que acontece, a lo que supone para el ser humano vivir en cada momento.

Resumen: En Luz de agosto aparecen retratados algunos de los personajes más memorables de Faulkner: la cándida e intrépida Lena Grove en busca del padre del hijo que no llegó a nacer; el reverendo Gal Hightower -atormentado por constante visiones de soldados de caballería confederados- y Joe Christmas, un misterioso vagabundo consumido por los orígenes raciales de sus antepasados.

Faulkner, además de haber sido el innovador de una forma de narrar que ha influido poderosamente en las generaciones que le han continuado, fue el cronista de los más notables hechos, costumbres y personajes de su tierra.

Luz de agosto es una de las obras más representativas de un hombre que, trabajando sobre la historia y haciendo campear la imaginación, logró convertirse en uno de los escritores más importantes de este siglo.

Luz de agosto
5/5 - (10 votos)

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.